Maullidos Urbanos

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Jornadas laborales

En el reciente periodo extraordinario de sesiones en el Congreso de la Unión, un tema que no se consideró fue el de implantar la semana laboral de 40 horas, donde si bien se realizan consultas entre trabajadores y patrones, hasta el momento no existen posibles acuerdos para que se apruebe una ley que aprueben todas las partes involucradas.

Si bien desde hace décadas, los servidores públicos de los tres niveles de gobierno han gozado de la llamada “semana inglesa”, es decir trabajar ocho horas de lunes a viernes, también en la iniciativa privada ha sido una conquista sindical, pero aún existen gran cantidad de pequeñas, medianas y micro empresas que, por diversas circunstancias, se mantienen en las 48 horas, es decir seis jornadas laborales de ocho horas.

Una propuesta es reducir la jornada diaria a poco más de seis horas y media, para que el trabajador acuda seis días a trabajar, lo cual sería contrario al espíritu de la iniciativa de que el empleado goce de dos días de descanso a la semana, para pasar más tiempo de calidad con la familia, aunque las empresas con pocos empleados requerirían contratar más personal, lo cual no podrían resistir sus finanzas particulares.

Son varias ideas que se mueven en torno a esta propuesta, pero mientras en México se discute la jornada semanal de cuarenta horas en otras naciones, como en Alemania se experimentó exitosamente la aplicación de semanas laborales de cuatro días, al grado de que el 73% de las empresas participantes ya no desea regresar al esquema de cinco días.

Desde fines de 2023, en Alemania inició su experimento con el modelo 100-80-100, es decir mantener el 100% del salario, bajar las horas de trabajo al 80%, pero sin disminuir el 100% del rendimiento. En la primera fase de esta acción, supervisada por la organización internacional 4 Day Week Global, se optimizaron los procesos laborales y posteriormente, durante seis meses, se implementó la reducción de jornada.

Se contó con la participación de 45 empresas de diversos sectores diversos, microempresas hasta grandes corporaciones. Y si bien no todas redujeron un día laboral, otras aplicaron modelos alternativos, como la semana laboral de 4.5 días o reducciones en los equipos de trabajo para asegurar que las operaciones funcionaran con toda normalidad.

Entre lo más destacado fue el impacto en el bienestar de los empleados, donde el 50% reportó una mejora considerable en su calidad de vida, mientras el 31% notó varios beneficios y solo 6% no percibió cambios. Es un experimento que hoy día debe considerarse en México.

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