PRIAN vs. MORENA: De la “guerra contra el Narco” a la desmesurada “violencia política”
Por: Alex Red
- La muerte de Carlos Manzo, en la desgastada narrativa de Claudia Sheinbaum.
El asesinato del alcalde independiente de Uruapan, Michoacán, Carlos Alberto Manzo Rodríguez, se convirtió en el símbolo del recrudecimiento de la violencia no solo en la entidad michoacana sino en el país entero, donde la diaria narrativa de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo a través de sus “mañaneras” sigue en desgaste, echando culpas al pasado, donde por más que quiera defenderlo, se encuentra ya la figura de su líder moral Andrés Manuel López Obrador.
Acusando las estrategias “fallidas” de la oposición en los gobiernos de Calderón y Peña Nieto, desde el combate de “la guerra contra el narco”; pasando por la estrategia también fallida y por mucho de “abrazos, no balazos” de AMLO, hasta la actual estrategia de “inteligencia e investigación”, donde el gobierno federal sostiene que los delitos de alto impacto han disminuido, la violencia territorial, los enfrentamientos entre grupos criminales y los ataques a funcionarios públicos persisten, especialmente en regiones como Tierra Caliente y Uruapan, Michoacán.
A poco más de un año de la administración de Claudia Sheinbaum, donde el camino a seguir es evitar “tentaciones autoritarias” -tal como lo calificó esta mañana-; donde la guerra contra el narco y ejecuciones extrajudiciales, son contrarias a la nueva estrategia de “atención a las causas”.
Vayamos por partes:
En la administración del Michoacano Felipe Calderón (2006-2012).
Inicio de la “guerra contra el narcotráfico”, donde causalmente Michoacán ante la presencia de La Familia Michoacana como grupo dominante que se fragmentó y dio origen a Los Caballeros Templarios, fue la primera entidad donde se desplegó la fuerza federal en 2006.
Destacó la militarización intensificada con los operativos, pero también las violaciones a derechos humanos y los enfrentamientos, con efectos colaterales como el incremento de desapariciones, desplazamientos forzados y pérdida de control institucional en varios municipios.
Con Enrique Peña Nieto (2012–2018).
Se instala una Comisión federal para Michoacán (2014) con Alfredo Castillo como coordinar de seguridad, que implicó la directa intervención del poder Ejecutivo, permitiendo el auge de las autodefensas que inicialmente enfrentaron a los Templarios, pero que finalmente muchos grupos fueron cooptados por el crimen organizado.
De esta fragmentación criminal, surgieron nuevas células como Los Viagras, con disputas territoriales constantes y aunque hubo detenciones de líderes, la violencia se mantuvo alta y el control siguió debilitado.
Andrés Manuel López Obrador (2018–2024).
Con su fallida estrategia de “abrazos, no balazos”, que pretendió priorizar el enfoque social sobre el enfrentamiento directo, surge entonces la Guardia Nacional, que sustituía a la Policía Federal, pero con resultados limitados en zonas como Tierra Caliente.
La situación de seguridad en Michoacán empeoró durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, especialmente en términos de violencia política, asesinatos de alcaldes y persistencia del control territorial por parte del crimen organizado.
Siete alcaldes han sido asesinados en Michoacán desde 2021, y ahora con la muerte del alcalde Carlos Manzo, evidenció el poder persistente de los grupos criminales, dando muestra que Michoacán sigue siendo un “foco rojo” de la seguridad nacional.
Otros cinco funcionarios han han sido atacados y uno permanece desaparecido, lo que refleja una escalada crítica de violencia política, donde el Cártel Jalisco Nueva Generación, Los Viagras y remanentes locales disputan territorios sin contención efectiva, donde la Guardia Nacional, ahora controlada por el Ejército, no ha logrado recuperar el control en zonas clave, y el enfoque de “abrazos, no balazos” ha sido insuficiente frente a la violencia estructural.
