Alebrijes en Cuadratines


Interpretación de las encuestas
Dice el viejo dicho de que cuando un vaso está lleno a la mitad, para el optimista se encuentra medio lleno, pero para el pesimista está medio vacío. Es decir, para una misma situación existen diferentes interpretaciones. Esa misma situación puede aplicarse para cuando se difunden encuestas, muy particularmente con las de carácter político.
Por ello, la semana pasada se difundieron dos encuestas acerca del desempeño de Claudia Sheinbaum, a ocho meses de haber asumido la presidencia de la república, donde las tendencias resultan, por decirlo de alguna forma, contradictorias. Una de ellas fue difundida el lunes 30 de junio por el periódico El Financiero, mientras la segunda la presentó La Jornada Estado de México al día siguiente.
Si bien ambas investigaciones tocan varios puntos, en esta entrega solo se comparará el desempeño de la mandataria mexicana. En el caso del periódico especializado en asuntos económicos, se establece que en junio la mandataria obtuvo un nivel de aprobación ciudadana de 76%, según mientras que su desaprobación fue de 22%.
Si bien es una cifra positiva, al ser comparada con las anteriores encuestas mensuales se pueden realizar varias observaciones. Así, en octubre, al asumir la titularidad del Poder Ejecutivo Federal, inició su administración con un 70% de aprobación la cual pasó a 69% en noviembre, a 78% en diciembre, a 81% en enero, a 85% en febrero –su nivel más alto–, a 83% en marzo, a 81% en abril, a 77% en mayo, para llegar a 76% en junio.
Es decir, tras un arranque positivo en los últimos cuatro meses perdió nueve puntos porcentuales. Por otro lado, el nivel de rechazo ha evolucionado así: después del 24% de octubre, pasó a 23% en noviembre, a 18% en diciembre, de enero a marzo se mantuvo en 15% –la cifra más baja–, para subir de nuevo a 18% en abril y ubicarse en 22% en mayo y junio.
Respecto a La Jornada Estado de México reporta que en octubre del 2024 Sheinbaum inició con 72.2%, pasó a 71.5% en noviembre, a 79.3% en diciembre, a 76.2% en enero, a 77.1% en febrero, a 75.4% en marzo, a 78.1% en abril, a 75.9% en mayo y llegar a 80.1% en junio.
En el caso de las cifras negativas, de acuerdo a sus números si bien en octubre marca un 27.8% de rechazo, en meses posteriores se presentan tres niveles de desaprobación –pero sin especificar cada uno–, y al ser sumados marcan en noviembre 28.5%, diciembre 20.9%, enero 23.8%, febrero 22.9%, marzo 24.6%, abril 21.9%, mayo 24.1% y junio 19.9%.
Entonces, al compararse ambas encuestas se encuentran, repito, cifras contradictorias. Así, El Financiero –periódico que se ha mostrado tanto en la parte informativa como en la de opinión como un medio crítico al actual gobierno–, muestra una evolución con altibajos, aunque en los últimos meses revela un descenso en el respaldo a la presidenta.
En el caso del análisis de La Jornada Estado de México –medio que se ha distinguido tanto en su edición nacional como en la mexiquense, de respaldar las políticas, acciones y programas de los gobiernos emanados de la autollamada cuarta transformación–, se presenta una constante aprobación a Sheinbaum para en el mes de junio, ubicarla en una posición demasiado elevada que, incluso, ninguno de sus antecesores logró llegar.
Debe precisarse que la metodología para la encuesta de El Financiero, se recurrió a entrevistas a teléfonos residenciales y celulares en las 32 entidades federativas, del 5 al 9 y del 19 al 23 de junio de 2025, con un nivel de confianza de 95%, y un margen de error de las estimaciones es de +/-3.1.
Para La Jornada, el trabajo desarrollado por la empresa Demoscopia Digital fue entre mil 67 personas mayores de 18 años de edad, a través de entrevistas cara a cara del 25 al 29 de junio, donde el nivel de confianza también es de 95%, con margen de error de las estimaciones de +/-3.1%.
Ahora, ¿cómo interpretar ambas encuestas?
Claro que tanto defensores como detractores podrán argumentar si es que las cifras presentadas por ambos medios son verídicas o no, exageradas o poco acertadas, pero formarán parte del ambiente político.
Si bien Sheinbaum lleva apenas poco más del 12% de su administración y se podría decir que para una evaluación más real se debería esperar a que cumpla el primer año, se debe considerar que ella no ha desarrollado un gobierno propio, ya que se ha dedicado a seguir tanto con lo iniciado como lo heredado de Andrés Manuel López Obrador.
Si bien ha proseguido con varios programas apellidados “bienestar”, la gran mayoría corresponden a los del sexenio anterior, así como la ampliación de otros como IMSS-Bienestar, de ella propiamente es el Plan México, para reactivar la economía nacional ante las medidas arancelarias aplicadas desde Estados Unidos, pero también enfrenta la desconfianza empresarial por la reforma al Poder Judicial.
Ya será el tiempo quien defina cómo avanza la presidenta y ver cómo responde a las expectativas ciudadanas y saber cuál de las dos encuestas resulta ser la más realista, a fin de que los mexicanos conozcamos con mayor certeza cómo avanza su sexenio.