Alebrijes en Cuadratines

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Cambios en la televisión

Si bien el pasado jueves se conmemoró el Día Mundial de la Televisión, fecha declarada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 17 de diciembre de 1996, a fin de reconocer su creciente influencia en la formación de la opinión pública, la orientación de la sociedad y su impacto en los asuntos políticos y sociales, razón por la cual se le debe reconocer tanto la forma como ha evolucionado desde su aparición en el siglo pasado hasta nuestros días.

Vale recordar que las primeras emisiones públicas de televisión las efectuó la BBC One en Inglaterra en 1936, mientras que la NBC en Estados Unidos hizo lo propio en 1939, es decir estamos a punto de celebrar los 90 años del inicio de esta invención. En el caso de México, en 1936 Guillermo González Camarena realizó las primeras transmisiones experimentales, mismo ingeniero que en 1940 inventó el sistema de televisión a color.

Para 1946 González Camarena fundó la primera estación de televisión experimental de Latinoamérica, la XE1GC, con la difusión de programas artísticos y entrevistas a lo largo de dos años. Después, en 1950, iniciaron las transmisiones regulares en la Ciudad de México de la primera estación comercial: XHTV Canal 4.

Posteriormente, en 1951 la familia Azcárraga creó la cadena XEW-TV Canal 2 y en 1955, junto con los canales 4 y 5 se integró Telesistema Mexicano, antecesor de Televisa. Para 1959 salió al aíre el Canal 11, del Instituto Politécnico Nacional. y así convertirse en la primera estación de televisión educativa en toda América Latina.

Más allá de recuentos históricos también debe mencionarse la evolución tecnológica del aparato receptor casero. Los primeros modelos recibían la señal en blanco y negro, con imagen poco definida, que funcionaba con bulbos, los cuales al fundirse eran remplazados; el siguiente avance fue la aparición de los transistores, así como la transformación de la señal a color con receptores rudimentarios que requerían constantes ajustes para una mejor imagen.

En cuestión de señal abierta, imperó lo que actualmente se conoce como televisión gratuita, por no requerir de ningún pago por suscripción para tener acceso a ellos. Primero fueron las señales de VHF (Muy Alta Frecuencia), las cuales abarcaban de los canales 2 al 13; después apareció la UHF (Ultra Alta Frecuencia), para los canales 14 y superiores, lo cual, aunque con ciertas limitaciones, permitió abrir nuevas señales y con mayor calidad.

Posteriormente entró al mercado la televisión por cable, donde se requirió. además de un pago para poder acceder, la conexión se establecía a través de cable coaxial, por lo cual este servicio primero se instaló en zonas residenciales y con la apertura de la competencia se extendió a diversas áreas populares.

En México, desde mediados de los años 80 del siglo pasado, resultaba frecuente captar las señales de satélites, preponderantemente de Estados Unidos, en casas de colonias de alto poder adquisitivo donde se instalaron antenas parabólicas, siendo que las de mayor diámetro permitían captar más señales. Aunque su servicio no resultaba sencillo ya que constantemente debían que ajustarse tanto su orientación como los decodificadores caseros para recibir las diferentes frecuencias, eso sí, todas en inglés.

Con el paso del tiempo este servicio también logró masificarse y la llamada televisión satelital llegó a más hogares, gracias a las empresas que ofrecieron la señal a un menor costo y con más facilidades técnicas, incluso las antenas parabólicas se redujeron sensiblemente hasta medir aproximadamente un metro de diámetro.

Sin embargo, tanto en los servicios de cable como satelital han existido diversos paquetes, donde a mayor costo se reciben señales más exclusivas, lo cual ha resultado en un costo cada vez más elevado, donde no cualquier familia lo podía asumir, motivo por el cual la mayoría de los suscriptores solo adquirían los paquetes estándar o básicos.

Para el siguiente paso en el avance tecnológico se conjugaron las pantallas planas junto con internet, para la aparición de las llamadas televisiones inteligentes lo cual permitió la entrada del streaming, tecnología que permite acceder a contenido multimedia como video, música o videojuegos, con la ventaja de no necesitar descargar archivos completos.

Es decir que el contenido se transmite en tiempo real en pequeños paquetes de datos, lo que permite una reproducción fluida e ininterrumpida, no solo en las pantallas sino en otros dispositivos tales como los teléfonos inteligentes (smartphones) y tabletas.

De esta forma con suscripciones de diverso costo, el usuario ya podía acceder a series, películas, incluso eventos deportivos, entre otros, ya fuera en vivo, al momento en que suceden o cuando lo consideren más conveniente. Además, para bajar el costo de las señales más caras relativamente hace poco tiempo ya se oferta la posibilidad de acepta incluir comerciales.

Si bien la transformación de la televisión, desde el cinescopio hasta las pantallas planas junto con internet, ha sido sorprendente y probablemente quienes vivieron en la mitad del pasado siglo nunca imaginaron de forma de cómo evolucionó este medio, quienes hemos rebasado ya la primera cuarta parte del Siglo XXI, debemos prepararnos para lo que el avance tecnológico nos ofrezca en el futuro próximo. Y, en verdad, será algo totalmente inesperado.

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