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Problemas con la Tarjeta del Bienestar
Adrián Chavarría Espinosa
Lo que en el papel la Tarjeta Bienestar sería una eficaz herramienta para que los beneficiarios de los diferentes programas sociales recibieran los correspondientes recursos económicos, en los hechos puede transformarse en un grave problema para quienes la extravíen, se las roben o el chip integrado está dañado y no se puede ser reconocida por ningún cajero automático.
El problema es que, para solicitar la recuperación de la tarjeta desaparecida o robada, así como sustituir las defectuosas, deben cumplir con toda una tramitología, donde ni los empleados bancarios como los funcionarios de la Secretaría del Bienestar se ponen de acuerdo para informar con precisión cuáles son todos los trámites por cumplir para volverla a tener.
Sucede que cuando se hace el reporte telefónico al teléfono 800 900 200, del servicio de atención a clientes del banco, piden remarcar al número 800 639 4264 para realizar el reporte. En esa línea, para verificar la identidad del beneficiario, piden confirmar gran cantidad de datos personales, lo cual es positivo ya que de esa forma se comprueba la identidad del beneficiario y así evitar una posible suplantación de personas.
En respuesta a la llamada, tras dar a los solicitantes un número de reporte, les piden preparar una serie de copias de documentos y tenerlos listos para cuando, presuntamente, acuda un supervisor al domicilio y proseguir con el trámite o, en dado caso, recibir una llamada telefónica para citarlos a un determinado sitio a fin de continuar con la solicitud.
Sin embargo, ni la visita ni la llamada suceden. Pasa el tiempo y al ir a la sucursal del banco por el apoyo económico, quienes atienden recomiendan acudir a alguna delegación de la Secretaría de Bienestar en el Estado de México –ubicadas en los municipios de Atlacomulco, Ecatepec, Naucalpan, Nezahualcóyotl, Toluca, Valle de Bravo, Tianguistenco y Tejupilco–. Se podría pedir el apoyo en algún módulo municipal, pero es mejor ir a alguna de las delegaciones, ya que así el trámite se agilizaría al ahorrarse un paso en toda esta tramitología.
Al ir a esa oficina se deben llevar la credencial de elector en original y una copia –en tamaño normal–, copia de la Clave Única de Registro de Población (CURP), –verificada por el Registro Civil–, copia del acta de nacimiento certificada –preferentemente en el nuevo formato, no en el anterior donde los datos estaban manuscritos, “porque ya no saben leer ese tipo de escritura”–, y un comprobante de domicilio (un |recibo del CFE o Telmex, entre otros).
Pero también se requiere un estado de cuenta de la tarjeta del Bienestar, documento proporcionado en la ventanilla de la sucursal bancaria, pero que no había sido mencionado ni por la vía telefónica al momento de hacer el reporte, ni por el personal que atiende en el banco, pero resulta indispensable para solicitar la nueva tarjeta.
Una vez entregada toda la documentación, ya avalada por el funcionario responsable, entonces se le informa al solicitante que su nueva tarjeta se le entregará ¡en un año! pero, si bien le va, la espera podría reducirse a tan solo ocho meses.
Entonces, estudiantes de diferentes niveles escolares, personas con algún tipo de discapacidad, madres solteras o viudas y, en especial adultos mayores, deben acudir a alguna sucursal del Banco del Bienestar a formarse desde la madrugada del día que le corresponde, de acuerdo a la calendarización establecida, para poder cobrar su beneficio.
Para ello debe llevar en una hoja carta la fotocopia de las tiras de cuando se le entregó la tarjeta original y la del nuevo comprobante de solicitud de reposición, que incluya la fotocopia de la credencial del INE por ambos lados. Si la tarjeta es defectuosa, entonces será una copia de su anverso, así como la copia de ambos lados de la credencial de elector. En la hoja además de ser firmada por el solicitante, también deberá anotar un número teléfono de contacto.
Por ejemplo, en las sucursales bancarias establecidas en Toluca –en la calle Matamoros, en el Centro, y en la avenida Independencia, colonia Santa Clara–, es común ver a las personas empezar a formarse desde antes de las seis de la mañana y las filas pueden ser bastantes largas cuando, dos horas después, se inicia la atención a los beneficiarios.
Lo lastimoso es que adultos mayores cuyas tarjetas resultaron defectuosas, deben acudir personalmente a realizar su cobro, razón por lo cual en ocasiones van acompañados de familiares que se forman y cuando les corresponde acudir a la ventanilla, entonces ya se presentan para presentar la documentación y firmar los recibos correspondientes. Otros que padecen estos problemas son las personas con alguna discapacidad física.
En caso no ser apoyado por algún familiar, vecino o conocido, entonces esas personas se ayudan con bancos o sillas plegables para estar menos incómodos en la fila. En el caso, por ejemplo, de quienes la letra de su primer apellido es la “M”, realizan largas filas de hasta casi 300 personas. Los que llegaron cerca de las seis de la mañana podrían terminarían su trámite a las ocho y media de la mañana. Los demás podrían tardarán hasta más de tres horas.
Si en verdad las autoridades federales desean que esa tarjeta del “bienestar” cumpla con su objetivo de ayudar, no solo a personas consideradas socialmente vulnerables, también a madres solteras, estudiantes y demás beneficiarios, deberían mejorar sus protocolos de servicio para que la atención resulte más ágil y eficiente. Muchos lo agradecerían.