Maullidos Urbanos


Secuelas del apagón en Europa
Al mediodía del pasado lunes se registró una suspensión del servicio eléctrico que afectó en especial a España, Portugal, Andorra y en regiones de Francia, Alemania, Inglaterra y Bélgica, por lo cual millones de personas resultaron afectadas al no poder acceder a los servicios de transporte, telecomunicaciones y comercio, en una situación inédita en Europa, con lo cual se generaron controversias y discusiones acerca de la dependencia de este tipo de energía.
En el caso de naciones latinoamericanas han sucedido apagones en Chile, tanto en zonas rurales como las urbanas con alta demanda, mientras que Honduras y Guatemala enfrentan problemas similares, con apagones de hasta ocho horas en regiones rurales, en tanto en Cuba la falta de energía en toda la isla ha sido recurrente hasta por espacio de varios días.
SI bien en el caso de Europa, donde en menos de 24 horas se logró el restablecimiento total del servicio eléctrico no se han determinado las causas del apagón, en nuestra región han sido por una combinación de factores, como una creciente dependencia de fuentes hidroeléctricas, falta de inversiones en infraestructura y los efectos del cambio climático.
Lamentablemente, gran parte de nuestras actividades cotidianas en hogares, oficinas, empresas, centros laborales y servicios de telecomunicaciones dependen de la electricidad, aunque no en todos los sitios cuentan con plantas de energía propias para poder operar. Incluso los vehículos impulsados tanto por gasolina como eléctricos no podían ser recargados.
Si bien los servicios de comunicación que sí pudieron operar por sus propios medios, las personas ya acostumbradas a usar, por ejemplo, sus celulares recibir emisiones de radio y televisión, cuando se agotaban sus baterías quedaron literalmente incomunicadas. Incluso, las torres de redes de internet dejaron de funcionar y la gente se quedó sin saber cómo actuar.
Un gran problema fue para quienes dependen totalmente de pagos electrónicos, ya sea con tarjetas bancarias o transferencias, no pudieron hacer sus adquisiciones y en casos de urgencia buscaron efectivo, es decir billetes y monedas, para pagar los artículos necesarios.
En México los apagones han sido ocasionales, particularmente en la península de Yucatán, pero no estamos exentos de situaciones de mayor gravedad, principalmente por la falta de agua en presas generadoras, máxime en la ya inminente temporada de calores.
Lo sucedido en Europa y en naciones latinoamericanas es una llamada de atención a las autoridades para estar preparadas en el caso de un apagón general, con protocolos de atención a la población en este tipo de emergencias. Más vale prevenir que actuar improvisadamente.