Maullidos Urbanos

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Cónclave y tecnología

Este miércoles inicia en la Capilla Sixtina el cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco y con el propósito de mantener la añeja y tradicional secrecía del proceso, debe considerarse que en la época contemporánea existen múltiples dispositivos tecnológicos para no solo estar informado, también mantener comunicación instantánea desde y hacia todo el mundo.

Por un lado, a todos los cardenales participantes se les retirarán todos sus dispositivos como celulares, tabletas y computadoras, con el propósito de que su trabajo se ejecute con la mayor privacidad posible, sin que salga o entre ningún tipo de información acerca del desarrollo de las votaciones, solo se sabrá del resultado de las votaciones con la fumata negra o blanca.

Pero también uno de los objetivos para mantener esa secrecía es que no exista algún tipo de intromisión del exterior, para que no se revele cómo avanza el desarrollo del cónclave e informarlo al mundo, lo cual podría afectar el proceso de sucesión papal.

Si bien fue en 2005 cuando por primera vez en la historia los teléfonos celulares fueron prohibidos durante el cónclave, veinte años después el Vaticano enfrenta desafíos tecnológicos sin precedentes en comparación con anteriores votaciones, como los sistemas de inteligencia artificial, drones, satélites militares, micrófonos microscópicos, estrategias de infodemia y un mundo permanentemente conectado e informado a través de redes sociales.

Por tal razón en las áreas donde se moverán los cardenales y votarán por el nuevo papa habrá inhibidores de señal, tanto para provocar interferencia en radiofrecuencias como para anular la comunicación entre dispositivos por lo que si alguien introdujera un micrófono, teléfono o computadora no podría transmitir información.

Además de inspecciones el edificio en busca de micrófonos o cámaras no autorizadas, y revisar a cada asistente permitido y dos veces a los participantes, ante la existencia de satélites capaces de tomar fotografías a los rostros de las personas desde el espacio y que una Inteligencia Artificial interprete el movimiento de unos labios, por el momento la mejor estrategia contra el espionaje en el cónclave es cerrar puertas y ventanas, además colocarse películas opacas sobre ventanas para que ningún periodista, satélite o dron tome fotos del interior.

Debido a que no existe una legislación penal para sancionar a quien intente interferir en el cónclave, la máxima sanción aplicable al presunto infractor sería la excomunión, hecho que perjudicaría a los católicos pera otros, sean ateos o seguidores de varias religiones, no les afectaría y estarían dispuestos a involucrarse en el proceso de elección del nuevo papa.

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