Alebrijes en Cuadratines

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Polémica entre Sheinbaum y Zedillo

La semana pasada se suscitó un enfrentamiento político, donde el exmandatario Ernesto Zedillo criticó severamente a la actual presidenta Claudia Sheinbaum por el proceso para elegir a quienes integrarán el nuevo Poder Judicial, donde volvió a brotar el tema del Fondo Bancario de Protección al Ahorro, mejor conocido como Fobaproa.

Sucede que Zedillo acusó en dos colaboraciones periodísticas y una entrevista por radio a Sheinbaum de ser cómplice de Andrés Manuel López Obrador en lo que llamó como la muerte de la democracia, lo que sucederá cuando desaparezca un Poder Judicial “profesional e independiente, por uno al servicio del Ejecutivo y su partido mediante una farsa de elecciones” y, casi de inmediato otros funcionarios y legisladores de Morena se sumaron a la campaña.

En respuesta, la presidenta retomó el asunto del Fobaproa –con más de veinte años–, y demandó se investiguen irregularidades en ese programa y solicitó se realicen auditorías para encontrar a los responsables de los malos manejos, incluso precisó que deberían de participar tanto la Fiscalía General de la República como la Unidad de Inteligencia Financiera.

Ante ello Zedillo respondió que en su momento se realizaron auditorías donde no hubo ningún reporte de posibles irregularidades, incluso consideró que los dirigentes de Morena buscan desviar la atención de la ciudadanía con el tema del Fobaproa mediante calumnias, insultos y amenazas, en lugar de responder a sus argumentos.

Puntualizó: “Los nuevos voceros del expresidente y la presidenta no deberían tener dificultad para revisar una vez más dicho rescate pues, como es bien sabido, pero ellos sistemáticamente lo tratan de ignorar, el rescate bancario fue objeto de una auditoría independiente llevada a cabo por un auditor internacional nombrado por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión –no por el Ejecutivo”–, incluso en ese tiempo el PRI ya no tenía la mayoría de la Cámara baja, cuando se dispuso y ejecutó esa auditoría, “lo cual debería disipar cualquier duda respecto a la independencia y profesionalismo del trabajo realizado”.

Insistió en que no se le ha respondido a su propuesta de auditar proyectos del anterior sexenio, como la destrucción del aeropuerto internacional para la Ciudad de México, la refinería Dos Bocas y el Tren Maya. Remató: “La ciudadanía tiene todo el derecho a saber cuánto costaron y qué beneficios se perdieron con esas gravísimas tropelías de López-Obrador”.

Si bien por parte de Zedillo difícilmente procederá alguna investigación en su contra, ya sea por parte de FGR o la UIF, entre otras causas debido a que los presuntos delitos cometidos ya prescribieron, en caso de que Sheinbaum pretenda proseguir con este caso, la verdad es que tanto ella y como varios morenistas de alto nivel resultarán perjudicados.

Por ejemplo, Esteban Moctezuma, ratificado como embajador de México en Washington, fue secretario de Gobernación de Zedillo, sin omitir que fue un operador político del Fobaproa y participó en las negociaciones para definir rescates y rescatados, sobre todo en la parte política. Otro: Juan Ramón de la Fuente. secretario de Salud en cinco de los seis años del sexenio zedillista, y actualmente es el secretario de Relaciones Exteriores.

Arturo Zaldívar, expresidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y actual Coordinador General de Política y Gobierno presidencial, quien en 2006 fue abogado defensor de los bancos para evitar la revisión de las ilegalidades sucedidas al amparo del Fobaproa.

Altagracia Gómez Sierra, coordinadora del Consejo Asesor de Desarrollo Económico y asesora de Sheinbaum, su padre Raymundo Gómez fue senador en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, quien junto con sus hermanos fueron beneficiados con la privatización de Dina, fábrica de camiones, y Minsa, productora de harina de maíz. Otro más es Alfonso Durazo, actual gobernador de Sonora, postulado por Morena, fue el coordinador de campaña de Zedillo.

También varios políticos actualmente militantes de Morena participaron en la aprobación del Fobaproa: el senador Ignacio Mier, quien como diputado del PRI presentó y promovió la iniciativa y su voto fue decisivo; otro es Javier Corral, antes panista y actual morenista, así como Miguel Ángel Navarro Quintero, gobernador de Nayarit, y el diputado Óscar Cantón Zetina.

No puede negarse que hubo funcionarios zedillistas que aprovecharon su posición e influencia para cometer abusos e ilegalidades, pero debieron ser investigadas desde que se cometieron; incluso, con López Obrador en lugar de expresar sus puntos de vista y ofrecer “otros datos”, se tuvo la oportunidad de investigar esas irregularidades y sancionarlas pero no lo hizo, pero junto con Sheinbaum el tema del Fobaproa regularmente ha sido un tema recurrente para atacar y denigrar a los que califica como gobiernos neoliberales.

Podrán acusar a Zedillo muchas cosas, pero se le debe reconocer que en su gobierno acabaron las crisis económicas sexenales y su reforma al Poder Judicial se le otorgó una real independencia, se impulsó la creación de órganos autónomos como el Instituto Federal Electoral –actualmente INE– y la Comisión Nacional de Derechos Humanos, lo que alentó a la creación de otros, pero lamentablemente han sido eliminados por los gobiernos morenistas.

En su mañanera del viernes, Sheinbaum expresó que daba por terminado el tema del Fobaproa, tras haber vuelto a “orientar” a la ciudadanía de lo que representó el Fobaproa y de las “bondades” de la elección judicial, pero ya será la historia quien defina quien fue mejor presidente para México: ella o Ernesto Zedillo.

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