Cómo el racismo y una política errónea, pueden destruir una nación con proyección

Cómo el racismo y una política errónea, pueden destruir una nación con proyección

Por: Alejandro H. Rojo

Este es el claro ejemplo de Zimbabue, país que se encuentra en el corazón del sur de África, es un país lleno de gran historia, cultura y paisajes impresionantes.

Esta nación está formada por mesetas de gran altura, cuenta con un clima templado y limita con Zambia, Mozambique, Botsuana y Sudáfrica. Una cadena montañosa atraviesa el país, dividiendo los sistemas fluviales del Zambeze y el Limpopo, dos de los ríos más importantes de África.

El nombre de “Zimbabue” significa “casa de piedras”, y es un reflejo de las antiguas estructuras de dicha nación. Su lengua oficial es el idioma inglés, pero solo el 2% de la población de aquel país lo habla como primera lengua tras su independencia de la corona británica el 18 de abril de 1980.

Zimbabue es un país que cuenta con una tierra fértil y rica en recursos que a lo largo de los años cayó en el hambre y la miseria. Anteriormente se le conocía como el “granero de África, ya que exportaba maíz, tabaco, y algodón, por lo tanto su agricultura generaba gran riqueza. Tenía un sistema de salud y educación en expansión.

Pero que es lo que sucedió, simplemente un discurso que empezaba a ser impulsado en que los hombres blancos son colonos y explotadores. Todo empezó con un personaje llamado Robert Mugabe, un dictador que gobernó Zimbabue durante décadas. En los años 2000, decidió expropiar las tierras de los granjeros blancos del país. Su discurso siempre trató del colonialismo, asegurando que los problemas y males de aquel país era totalmente de los blancos.

Robert Mugabe implementó una “reforma agraria”, donde más de 4,000 granjeros blancos fueron violentados y expulsados, inclusive asesinados o forzados a huir. Las tierras robadas a los blancos fueron repartidas entre negros adeptos al régimen, estas personas no contaban con experiencia alguna para gestionarlas bien. Como resultado la producción agrícola, el llamado motor del país, colapsó.

En resumen, más del 90% de las granjas colapsaron, el 70% de la población rural que ejercía tareas en la agricultura, se quedó sin empleo. La producción de maíz se desplomó en un -60% y el tabaco en un -50% en un transcurso de 5 años. Debido a su odio racial, se habían cargado al sobaco el principal motor económico del país.

Para contextualizar más esto, Zimbabue no es el único país de África donde ocurre este fenómeno contra los granjeros blancos, por ejemplo, Sudáfrica país donde nació el hombre más rico del planeta Elon Musk, actualmente ha generado más de 100,000 víctimas inocentes.

Un dato curioso es que en el año 2000 había poco más de 5,000 granjas productivas, pero tras el desastre que causó la reforma agraria solo quedaron 300 granjas y con pésimas cosechas. El 94% de las tierras se abandonaron, Zimbabue, que exportaba alimentos a toda África, simplemente pasó de la prosperidad a la tragedia. Ahora dependía de la ayuda internacional para que su población no muriera de hambre. En resumen, el plan radical había fallado.

El hambre de su gente llegó a niveles tan extremos que el gobierno permitió la matanza de cientos de elefantes para alimentar a la población más necesitada. Eso representó un símbolo desgarrador de cómo aquel país había caído en desgracia por una metodología extremista.

Las políticas racistas y anticolonialistas de Robert Mugabe no solo arruinaron la agronomía, también contribuyeron al aislamiento diplomático de Zimbabue. El país quedó sin ingresos por exportaciones a toda África, sin ayuda internacional y con una economía destrozada. Debido a esas afectaciones, el país se hundió y gran parte de su población trabajan de cualquier cosa para subsistir.

Finalmente, Mugabe fue derrocado por los militares debido a la mala gestión del país. Tras una economía destrozada y una población con hambre, algo “irónico” que pasó es que algunos zimbabuenses pidieron desesperadamente el regreso de todos los granjeros blancos para salvar la agricultura. Esto muestra una lección brutal de cómo una decisión política incorrecta puede destruir una nación en progreso.

Tras ese grave error y la caída de Mugabe, para el año 2020 Zimbabue intentó reparar su error. Prometieron 3,500M de dólares para compensar a los granjeros blancos. Algunos de ellos volvieron con acuerdos de arrendamiento. Pero el daño está hecho, recuperar el anteriormente llamado “granero de África” llevará décadas, si acaso se consigue.

Zimbabue nos enseña que culpar el pasado, dividir a la sociedad con mensajes raciales y aplicar medidas extremas sin visión, son conceptos para el desastre. Los mensajes anticoloniales no alimentan estómagos vacíos, al contrario, solo afianzan a dictadores manipuladores que buscan su propio beneficio.

revistaagoramexiquense@gmail.com

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